¿Qué tipo de plásticos se pueden reciclar y cuáles no?
Cuando hablamos de plástico y sobre reciclaje debemos tener en cuenta que existen muchos tipos de plástico y que su uso le aporta ciertas características. Para ello, se ha diseñado una serie de símbolos triangulares que acompañan a los envases y contienen un número y unas iniciales en su interior que indican que tipo de material es.
Este es el plástico más conocido y lo podemos encontrar en botellas de agua y en tejidos. El PET es resistente, de alta transparencia, bajo peso, impermeable y es apto para el uso alimentario. También se caracteriza por ser el plástico más fácil en reciclar.
Conocido también como PEAD. Es un plástico que está presente en nuestra vida cotidiana. En cuanto a sus características, es más rígido que el PET y tiene alta resistencia química y térmica. Este plástico se utiliza para la creación de botellas de detergente o para las garrafas de aceite.
Este es el plástico más transformable y se puede utilizar para mangueras, juguetes, pieles sintéticas o incluso para tuberías. Lo que le caracteriza es la dificultad que tiene para ser reciclado.
Este plástico es el que se utiliza para fabricar bolsas y guantes de plásticos, el papel film o el plástico de burbujas. Aunque se pueda reutilizar este tipo de plástico no siempre se puede reciclar.
Es un plástico de bajo coste, además es fácil de moldear y colorear con lo que se pueden elaborar pajitas de refresco, tapones de botella o tupperwares. Es un plástico fácil de reutilizar y viable para reciclarlo.
En el ranking de plásticos más consumidos se encuentra en el cuarto puesto, por detrás del polietileno, el polipropileno y el PVC. Existen cuatro tipos de PS: cristal, siendo su característica principal la transparencia, la rigidez y podemos encontrarlo en las cajas de los discos compactos; de alto impacto; extrusionado o extruido; este tipo se suele utilizar como aislante en la construcción; y expandido que solemos encontrar este tipo de material en bandejas de productos de alimentación frescos o como aislante.
Aquí residen aquellos plásticos que combinan diferentes tipos como los juguetes. Estos tipos de plásticos son muy difíciles de reciclar y costosos, lo que hace que no siempre sea posible su reciclado.
Por tanto, el PET correspondería al número 1 que dará vida a nuevas botellas mezclando con al menos 50% de plástico no reciclado. El número 2 corresponde al HDPE y con él se puede dar nueva vida a productos como botellas de detergente, garrafas de aceite o botellas de leche. El PVC corresponde al número 3, y gracias a él podemos crear mangueras, juguetes infantiles, pieles sintéticas, tarjetas de crédito, tuberías o interiores de automóviles. Con el número 4 encontramos el LDPE que nos da la posibilidad de crear bolsas, guantes de supermercado, film de cocina y plástico de burbujas. El PP se clasifica con el número 5 y con él creamos pajitas de refresco, tapones de botellas y envases de yogures o mantequilla. Con el número 6 se clasifica el PS que nos permite crear cajas de CD y envases de corcho blanco. Por último, todos aquellos plásticos que no corresponden a ninguna de las clasificaciones anteriores se engloban en el número 7 con el que podemos crear fibras de nylon, biberones, CD, envases médicos y piezas de coche.
En Green Global Polymers trabajamos con cada uno de estos plásticos con la finalidad de proteger el planeta del agotamiento de los recursos. Por eso, gracias a la actividad que realizamos contribuimos en el reciclaje y en darle una nueva vida al plástico.
Para ello, tenemos una planta de recuperación en Ribarroja donde llevamos a cabo la transformación del plástico que recibimos de los contenedores amarillos. Gracias a este proceso podemos obtener plástico reciclado de calidad para que pueda ser de nuevo utilizado.